CARTA DE AMOR A UN DESCONOCIDO
Juana Castillo Escobar ®
Usted, a quien no puedo dar un nombre, pues nadie lo ha nombrado ante mí. Usted, alguien que pasa todos las mañanas a mi lado, que roza de forma imperceptible con sus delicadas manos las mías cuando tenemos, tengo, la dicha de recibir su limosna. Usted, que no repara en mí, segura estoy de ello. Lo sé, soy un fantasma, uno de los muchos fantasmas con los que se tropieza al cabo de la jornada. No soy nada, no valgo nada, no poseo nada, paso por esta vida de puntillas con miedo a todo y a todos, menos a usted… Porque usted me hace soñar. Es mi héroe en las noches solitarias y oscuras. Es quien me saca de esta soledad en compañía de otros haraposos como yo, que me ayuda a abandonar la calle, un moderno Pigmalión que tarde o temprano se fijará en mi, en este fardo sucio y huesudo que levanta sus manos de uñas rotas y renegridas esperando una limosna. De usted me conformo con la limosna de su mirada. Soy una mendiga que sueña todos los días con verle: tan hermoso, tan viril, huele tan bien…
Este pedazo de papel de estraza no es la mejor carta de presentación. Menos aún si de lo que se trata es de escribir una carta de amor y, además, interesar al otro, a usted, a quien amo en silencio. Le amo, caballero que, sin reparar en mí, deja siempre caer unas monedas en mi mano y, a veces, la roza; luego, se va sin verme. Y yo guardo esas monedas, pequeño tesoro, que huelen a usted, y las escondo junto a mi pecho, y siento su calor, y sueño con amplios dormitorios, y camas mullidas con sábanas de raso o satén, y con sus manos… ¡Oh, sí, sueño con sus manos blancas, blandas, suaves y perfumadas que pasean por mi piel, la despiertan de este letargo, de este sueño eterno, de esta condena, de este no ser, no tener…!
Esta noche, cuando me cobije bajo mis cartones, escribiré a la luz de las estrellas un hermoso cuento: la historia de un príncipe que sale de su palacio en busca de la princesa abandonada, y la encuentra sola y desnutrida, acurrucada junto a un portal, y usted la reconoce de inmediato y la lleva consigo sin importarle su suciedad, ni su mal aspecto, ni su pelo de estropajo asaltado por los piojos. Y se la lleva porque, sin conocerla, sabe que también la ama.
Jueves, 8-I-04
Este relato forma parte del cuaderno titulado "Cartas de amor" y está registrado en esta capital.
1 comentario:
Hola Juani, esta carta me ha emocionado mucho, me ha parecido algo real, el sueño de muchas de esa personas que tienen por techo las estrellas, pero eso no evita el que sueñen, o quién sabe, a lo mejor ellos sueñan más que los que dormimos en una cama. Besitos.
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