“A la pucha…”.
El ahora novio de una osa de peluche, quien era una de las cabezas que el domador usaba para demostrar que los leones no tienen aliento tan frondoso – como dicen de los hipopótamos-, habiendo presenciado la transformación con una sonrisa de oreja derecha a hombro izquierdo, le preguntó al mago si era capaz de hacer desaparecer a dos payasos, a cierto número de perros malabaristas y, por supuesto, al domador.
El mago respondió que él podría enseñarle la forma de hacerlo, pero le dijo que debían viajar juntos a una isla remota del mar Egeo. Allí se encontrarían con un mandril mágico, de nombre Florindo Belgo, quien por 30 dólares y dos kilogramos de bananas con sabor a frutilla, enseñaba ese tipo de artilugio mágico.
El hombre lo pensó durante algunos minutos y, sin decir "tierra vuelve", prefirió entonces realizar una peregrinación con sandalias hawaianas a República Dominicana, haciendo una breve escala en un casino de Punta del Este, Uruguay, donde puso todas las fichas, mitad y mitad, al color negro y al color rojo – pensó que jugando así, al menos saldría hecho - , pero menuda sorpresa de pollo al spiedo se llevó, cuando el tirador exclamó:
—¡Paño verde el 421187 con código de área 02284!
Treinta años después, prisionero de un melancólico aliento felino, este señor regresó al circo, pero el circo ya no estaba. En el lugar, ahora se levantaba un edificio de ochenta pisos.
Sin saber por qué lo hacía, comenzó a contar los pisos.
Al ratón, porque el rato tiene cola corta, habiendo retrocedido lo suficiente para que sus ojos llegaran hasta el último piso, dijo:
—Sí, son ochenta pisos.
© 2007, Juan Carlos Vecchi
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- ILUSTRACIÓN -
® 2007, by Franco Vecchi.
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© Franco Vecchi
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7 comentarios:
Querida Juana, hola y gracias por colgarnos así... ¡epetacular quedó el bichito de luz verde de mi sobrino y esos 80 pisos!
Abrazo largo para vos y todo el grupo.
También, aplausos para el sobrino, eh :)
Juanca.
Gracias a tí por compartir con nosotros tu prosa, tan personal y divertida. Gracias también por darnos a conocer a los artistas que componen tu familia. Muy buena la ilustración de tu sobrino Franco.
Un abrazo transoceánico, sin fronteras, Juana.
Juanca es espléndido ¡viva el realismo mágico!
Un abrazo
Cristina
Pues yo me encariñé con la osita de peluche...
Un abrazo..isa
Muy bonita la ilustración de tu sobrino
Juani, Cristina e Isa, holas. Si me permiten, les comento "un cachito" para ustedes.
Juani: gracias, de cuore, por tus palabras buenas. Y te he mandado por correo ya algunos fotos de los Vecchis :)
Cristina: gracias por contarme y alegrome - otra vez - que te hayas divertido. Sipi, realismo mágico... una de mis amadas "debilidades" a la hora de escribir.
Isa: ¿la osita de peluche? jaja... en realidad fue un recurso para hacer desaparecer al personaje que arranca, y así poder continuar con el que a mí me interesaba: el personaje de "mi juego omnisciente".
Abrazo para ustedes 3, queridas amigas, y para todo el grupo.
Juanca.
Muy bueno, Juanca.
Yo juraría que eran 81 pisos, pero la magia del relato me embromó a mi también.
Felicitaciones a Franco por esa sorprendente ilustración.
Manu
Manuel, hola MAESTRO.
Gracias, de cuore, por tus palabras y "lamento" esa magia que te engañó los ojos :)
Porque son 80 los pisos, creéme, hermano.
Un abrazo y gracias por seguirme también hasta acá... tan cerca de vos, eh.
Juanca.
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