Francis Gracián Galbeño |
domingo, 9 de septiembre de 2012
Trabajo sobre el texto a comentar de Virginia Woolf: por Francis Gracián
Trabajo sobre el texto a comentar:
1.- Señala las figuras retóricas que
hayas encontrado (metáforas,
comparaciones, hipérboles…)
El
primer párrafo contiene un exordio, y todo el relato en sí, es una acumulación
o amplificación. También he encontrado , por ejemplo:
.-
ferrocarril subterráneo y
los tranvías y los autobuses, y no pocos automóviles privados, e, incluso me
atrevería a decir, landós con caballos bayos, han estado trabajando para esta
reunión, trazando líneas de un extremo de Londres al otro. Prosopopeyas.
.- Sobre si es verdad, tal como dicen, que la Calle Regent está
floreciente, y que el Tratado se ha firmado, y que el tiempo no es frío si
tenemos en cuenta la estación, e incluso que a este precio ya no se consiguen
departamentos, y que el peor momento de la gripe ha pasado; si pienso en que he
olvidado escribir con referencia a la gotera de la despensa, y que me dejé un
guante en el tren; si los vínculos de sangre me obligan, inclinándome al frente, a
aceptar cordialmente la mano que quizá me ofrecen dubitativamente... Perífrasis.( podría sustituirse por: “si todo
sigue su curso”)
.- -¡Siete años sin vernos!
-La
última vez fue en Venecia.
-¿Y
dónde vives ahora?
-Bueno,
es verdad que prefiero que sea a última hora de la tarde, si no es pedir
demasiado...
-¡Pero
yo te he reconocido al instante!
-La
guerra representó una interrupción... Redundancias.
.- Si la mente está siendo atravesada por semejantes dardos,
y debido a que la sociedad humana así lo impone, tan pronto uno de ellos ha sido lanzado, ya hay otro en
camino; si esto engendra calor, y además han encendido la luz eléctrica;
Metáforas.
.- si decir una cosa deja detrás, en tantos casos, la
necesidad de mejorar y revisar, provocando además arrepentimientos, placeres,
vanidades y deseos; si todos los hechos a que me he referido, y los sombreros,
y las pieles sobre los hombros, y los fracs de los caballeros, y las agujas de
corbata con perla, es lo que surge a la superficie, ¿qué posibilidades tenemos?
¿De qué? Cada minuto se hace más difícil decir por qué, a pesar de todo, estoy
sentada aquí creyendo que no puedo decir qué, y ni siquiera recordar la última
vez que ocurrió. Redundancias.
.-
-¿Viste la procesión?
-El
rey me pareció frío.
-No,
no, no. Pero, ¿qué decías?
-Que
ha comprado una casa en Malmesbury.
-¡Vaya
suerte encontrarla! Redundancias.
.- ¿Por qué inquietarse? ¿Por qué tanta ansiedad acerca de
la parte de los mantos correspondiente al asiento; y de los guantes, si
abrochar o desabrochar?
Interrogación retórica.
.- ... ¡Floreo, fuente, florecer, estallido!
Exclamación retórica.
.- ¡Cuán bella es la bondad de aquellos que, con paso leve,
pasan sonriendo por el mundo! ¡Y también en las viejas pescaderas alegres, en
cuclillas bajo arcos, viejas obscenas, que ríen tan profundamente y se estremecen
y balancean, al andar, de un lado para otro, ju, ja! Exclamaciones retóricas.
.-
¿Qué quiero decir? ¡Esto es lo peor de la música! Interrogación y exclamación retóricas.
.-
. ¿Qué murmuras? Interrogación retórica.
.-
¿Por qué apenarse? ¿Qué quieres? ¿Sigues insatisfecha Interrog. Retórica.
.-
¿Decías que el segundo violín se ha retrasado?
Interrog. Retórica.
.-
-¡Delicioso! ¡Pero qué bien tocan! ¡Qué - qué - qué! Exclamaciones retóricas.
.-
-¡Qué - qué - qué! ¡Silencio! Exclamaciones retóricas.
.-
Y qué otra cosa podía hacer sino gritar ¡Ah!, pararme y señalar con el dedo? Interrog. Y exclamación retórica.
.-
¡Loco! ¡Loco! ¡Loco! Exclamaciones
retóricas.
.-
... ¡Escuche! ¡Las trompas! Exclamaciones retóricas.
.- todo ello surgido, como flotando, de las más alegres
ondulaciones de tierno cariño, hasta que el sonido de las trompas de plata, al
principio muy a lo lejos, se hace gradualmente más y más claro, Catacresis.
.- El verde jardín, el lago iluminado por la luna, los
limoneros, los enamorados y los peces se disuelven en el cielo opalino, a
través del cual, mientras a las trompas se unen las trompetas, y los clarines
les dan apoyo, se alzan blancos arcos firmemente asentados en columnas de
mármol... Marcha y trompeteo. Metálico clamor y clamoreo. Firme asentamiento.
Rápidos cimientos. Desfile de miríadas. La confusión y el caos bajan a la
tierra. Pero esta ciudad hacia la que viajamos carece de piedra y carece de
mármol, pende eternamente, se alza inconmovible, y tampoco hay rostro, y
tampoco hay bandera, que reciba o dé la bienvenida. Deja pues que tu esperanza
perezca; abandono en el desierto mi alegría; avancemos desnudos. Desnudas están
las columnatas, a todos ajenas, sin proyectar sombras, resplandecientes,
severas. Y entonces me vuelvo atrás, perdido el interés, deseando tan sólo
irme, encontrar la calle, fijarme en los edificios, saludar a la vendedora de
manzanas, decir a la doncella que me abre la puerta: Noche estrellada. Perífrasis.
2.- ¿Sabrías enmarcar el relato dentro
de uno de estos géneros?
-
de miedo,
-
fantástico,
-
de intriga,
-
erótico,
-
de ciencia ficción,
-
cuento para niños,
-
cuento realista… Lo enmarco aquí, aunque no muy segura.
3.- ¿Cómo es el lenguaje? ¿Actual o
arcaizante? Actual.
4.- A pesar de ello, ¿es un texto
comprensible en nuestros días? Las
palabras, sí.
5.- ¿Quién es el/la protagonista? Una persona que tiene un guirigay en la
cabeza.
6.- ¿Da sensación de que hay muchos o
pocos personajes? Parecen muchos.
7.- ¿Qué es lo que más te ha gustado?
¿Por qué? Que puedo distinguir entre una
mente calmada y otra que no lo está.
Tu opinión:
Es un relato algo excesivo, y me parece
que refleja un momento de desorden mental. Según creo, muchas personas tienen
ese batiburrillo continuo y no saben parar el pensamiento un poco, siquiera sea
para descansar. Los yoghis llaman a esto “mente de mono”, porque va de un
pensamiento a otro, sin parar, como el mono va de árbol en árbol. Es un
verdadero mareo.
Francisca Gracián Galbeño. 13 de mayo
de 2012
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