Comentario de texto por Juana Castillo Escobar
La protagonista universal de la historia es la perla, en torno a ella gira la vida de cinco mujeres de clase acomodada que se reúnen una tarde para celebrar el cumpleaños de una de ellas, la señora Sasaki.
El punto de conflicto nace cuando a la señora Sasaki, la anfitriona y agasajada, se le desengarza una perla del anillo que, en el momento de arreglarse para dicha reunión considera el más apropiado en lugar de ponerse diamantes. No guarda la perla en un joyero, se calla el percance y decide dejar la gema en el borde de la bandeja en la que se encuentra la tarta de cumpleaños, adornada a su vez con perlas de azúcar. La señora Sasaki no es sincera con sus amigas y prefiere no abandonar la sala para guardar la joya que queda expuesta a que se extravíe, algo que sucede más pronto que tarde.
La pérdida de la perla, ese objeto valioso, apreciado por el hombre y tenido por una joya; un objeto nacido de una impureza, es lo que da paso al conflicto que se plantea entre las mujeres divididas en tres grupos:
- La señora Sasaki.- Mujer que cumple los años y dueña de la perla, amiga de las otras cuatro mujeres pero no demasiado, aunque no se especifica en qué grado de amistad se encuentra con respecto a sus invitadas.
- Las señoras Azuma y Kasuga, íntimas amigas y vecinas.
- Las señoras Yamamoto y Matsumara, sus relaciones dejan mucho que desear. Puede decirse que se odian cordialmente.
Todas las miradas y todas las expectativas, tanto las de estas cinco mujeres, como las del lector, convergen en el ansiado objeto, la perla, que, al igual que La perla protagonista de la novela homónima de John Steinbeck, lo único que consigue es alterar la paz, en el primer caso de las cinco supuestas amigas; en el segundo, de una familia y, por ende, de todo un pueblo. En el fondo ambas historias ponen de relieve lo peor del ser humano.
1º) Que los problemas deben de hablarse para que no se enconen, se sea o no amigo del contrario.
2º) Que se debe de ser sincero en todo momento. La señora Sasaki, por ejemplo, al perder la perla se calla, ¿por qué? ¿Porque su joya se devaluará? ¿Por no quedar en ridículo frente a sus invitadas? Creo que la sinceridad es mejor que aparecer como una “oportunista” que, perla que le regalan para congraciarse con ella, aún a sabiendas de que no es la suya, la admite como tal. A la vista de todos se percibe su degradación moral, su hipocresía, casi su ambición.
3º) Que en algunas ocasiones, al tratar de hacer el bien, se consigue todo lo contrario precisamente por no comunicarse con el otro (caso de la señora Azuma con respecto a la señora Kasuga, grandes amigas pero que esto hace que su amistad se tambalee).
4º) En el caso de la señora Matsumara, que encuentra la perla en su bolso, aún a sabiendas de que ella no lo puso allí, es incapaz de decir la verdad a la dueña, ni de enfrentarse a la persona que la guardó allí. Prefiere comprar una joya nueva. Después se enfrentará con su rival, la señora Yamamoto pues colige que sólo ella ha podido ser quien le haya gastado broma de tan mal gusto, algo que su rival no niega. De nuevo esta forma de actuar da paso a otro enfrentamiento.
Para terminar añadiré que Mishima describe una sociedad, en este caso, la de la alta burguesía japonesa femenina, en la que las relaciones son totalmente superficiales. Frías. Nadie es lo que aparenta. Se mueven en un coto cerrado, pues la presencia masculina está prácticamente ausente (sólo aparece un taxista y el joyero, pero sólo citados). Es una sociedad de costumbres ancestrales, muy feudal y encorsetada.
Al igual que la perla protagonista hay un gran boato exterior, mucha riqueza, pero en el fondo un corazón impuro revestido con los más caros y finos oropeles que, en realidad, son incapaces de esconderlo por completo.
Miércoles, 1-IV-09 – 15,45 p.m.
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