(Con motivo del asesinato, hoy, en el País Vasco,
de un ciudadano español)
jueves, 4 de diciembre de 2008
Con motivo del asesinato ayer, 3-XII-08, de un cuidadano español en el País Vasco comparto con todos vosotros un poema de Antonio GARCÍA VARGAS.
Liturgia del instante en un tres de diciembre
La paz está perdida sólo si nos rendimos
Soy el mínimo instante de una boca que besa,
contumaz paladín de la sal de la vida,
del amor sin mordaza, también de la genciana,
del cisne, del ocaso, del pecho que amamanta
entre el llanto y la hambruna al futuro soldado
—liturgia del engaño— de mil guerras sin fin.
Ya soy hora zulú: ¡Alfa rojo llamando!
Oigo ladrar los perros ¿Son perros o tanquetas?
¿Cómo calmar la sed? Otro once de septiembre:
¡En Chile se estremecen, de miedo, hasta las piedras!
En el norte de España la bestia languidece
entre espasmos y balas atropellando vidas,
deshojando destinos sin saber bien por qué.
En la florida selva de la bella Colombia
los niños se embrutecen armados con fusiles,
boceto metafórico de un mundo sin matices;
escena desquiciada de un sádico guión.
Pasea la mañana con polisón de flores,
deslumbra en la vereda el piar del gorrión,
las ninfas se enternecen, el quetzal anda inquieto,
se otea en el horizonte la hermosa Navidad.
Siento, como el lagarto, el soplo horizontal
en la brizna de hierba que acaricia los vientres.
¿Por qué se mueve el aire? —preguntaste— ¿Recuerdas?
¿Por qué? ¿Tú lo preguntas? ¡Qué puedo contestarte?
Anoche fui invitado a dislocar el tiempo
en un páramo frío de góticos relieves;
fui sitio de Numancia, la amargura de Allende,
Plaza Roja en Pekín, Madrid del treinta y siete.
Cruje un ángel distante en el café de Flore
intercambiando panes y relojes fugaces,
del bosque desgarrado llega el antiguo grito;
hay entre cal y huesos un cierto olor a sangre.
Miseria reflexiva, decadencia del necio
que interrumpe con fuego el abrazo de ideas;
como diría Sófocles: “¡Oh, efímeros míos!
¿Qué se es, qué no se es? Mas… la voz no les llega.
Soy el camino estrecho, la Candy milenaria,
dos torres derrumbándose, Bin Laden de bidé,
la ortopedia del alma inscripta en el peñasco,
leve gota de azufre, ingrávida Babel.
Un once de septiembre se abrieron los abismos,
en un once de marzo España enmudeció,
este tres de diciembre la banda de asesinos
—cuyo nombre repudio desde lo más profundo—
en un acto "valiente" de pura intolerancia,
armada de "razones" de nuevo asesinó.
En Almería, España, diciembre de 2008
Antonio García VargasPresidente de la
Comunidad Internacional Poetas por la Paz
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2 comentarios:
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Gracias por estas letras cargadas de sencibilidad humana.
Soy una chilena, que no reconoce fronteras, pero chilena al fin y en el fin del mundo mi alma agradece tu nombre.
Adriana Salcedo
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