Empezaré con una frase de Groucho Marx que dejó escrita para que la pusieran, en su momento, como epitafio sobre su lápida: “Disculpen si no me levanto”. Veo caras de miedo. Interrogativas. Se dicen “Menudo comienzo”, o se preguntan: “¿Pero esto a que viene? ¿Acaso se habrá vuelto loca?” No, nada de eso, en un segundo me explico.
No seré tan macabra como Groucho. Si nos encontramos hoy aquí, no es por un hecho luctuoso, sino por un evento alegre como lo es la presentación de nuestro nuevo “niño”. Mi frase “lapidaria” para comenzar será: “Disculpen si no les hablo directamente, sin un folio de por medio” pero…, me justificaré ante los que no me conocen: soy incapaz de hablar en público, a no ser que ya traiga redactado de casa lo que tengo que exponer. Lo cierto es que, si trato de dirigirme a todos ustedes sin, como acabo de decir, un folio de por medio, las palabras se me olvidan, me resulta imposible formar frases, no cuajan, se convierten en pompas de jabón y se me caen, debería decir “se volatilizan” en la mente antes de llegar a los labios y, para que esto no pase, prefiero leer. Quizá sea más monótono, menos ágil, pero necesito el parapeto de la hoja de papel, aunque me sirva de poco y los nervios me jueguen, como siempre, una mala pasada y consigan que, en lugar de leer, me embale como un coche de carreras.
Después de esto, una breve clase de historia:
Hace veinte meses nos reunimos en este mismo espacio para presentar el primer libro publicado por el Taller Literario “Pluma y Tintero”. Hoy, nos vemos otra vez para dar la bienvenida al segundo de nuestros retoños, a quien bautizamos como “La Geniecilla de las historias”.
Creo que todos nos conocemos ya pero, por si alguno es nuevo, haré las presentaciones. Me acompañan: Isabel Fraile Hernando, Consuelo Gómez González, primeriza en estas lides, Nines de Andrés del Palacio… Y, en la distancia, aguardan escondidas: Pepi Núñez Pérez, en algún lugar de las Palmas de Gran Canaria y, un poquito más al sur, allá donde casi termina la tierra, Adriana-Cecilia Salcedo Jaramillo, en Chile. Mi nombre es Juana Castillo Escobar, soy escritora, al menos lo intento, y la autora de todo este tinglado del que espero salgáis satisfechos.
Antes de entrar en materia quiero agradecer a Enrique, y a los directivos del Centro Cultural “Pablo Picasso”, su amabilidad al permitirnos que nos reunamos aquí a celebrar la llegada del nuevo retoño al que podéis ver sonriente y alegre en la portada, parece decir “Venid conmigo, leamos”. Y eso es lo que haremos a continuación pero, antes de dar comienzo a las lecturas, os contaré el por qué de La Geniecilla. Está especificado en la Contraportada y en el Prólogo, algo que, en muchas ocasiones, no se toma en cuenta.
=Lectura contra portada y prólogo=
Ahora ya sí, cedo la palabra a mis compañeras, tal vez ellas también quieran añadir algo antes de compartir sus relatos.
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Isabel Fraile leerá su relato “Penélope” – Pág. 25.
Consuelo Gómez leerá su relato “Nos vamos a Madrid” - Pág. 135.
Pepi Núñez, leerá Isa en su nombre, el relato "El último sueño" - Pág. 118
Nines de Andrés leerá su relato “Un pacto de convivencia” – Pág. 55
Adriana-Cecilia Salcedo, leerá en su nombre Susana Simón Cortijo, escritora. Relato: “Café Caribe” – Pág. 20
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Para finalizar este acto primero quiero, no sólo yo, sino todas nosotras, daros las gracias de corazón por acompañarnos, si se tiene en cuenta las fechas en las que estamos: final de curso. Para algunos de vosotros, días de exámenes, de recuperaciones, de corrección de los mismos… Para otros tardes de fútbol, de Mundial que, o bien, veréis en diferido, o tendréis que conformaros con las noticias bien sea por T.V. o a través de la prensa escrita.
En segundo lugar añado que nuestros deseos son que: La Geniecilla de las historias no se duerma en los laureles y tenga siempre a mano la pócima de la inspiración; escribir cada vez mejor; editar, a ser posible, con regularidad y podernos reunir, de vez en cuando, con todos nuestros amigos, los más antiguos y los más recientes, en actos como este y poder deciros: “¡De nuevo hemos sido madres, gracias por vuestra visita y hasta la próxima!”. Y…, si alguien desea añadir algo, hacer alguna pregunta, compartir alguna noticia, este es el momento oportuno, más tarde no queda tiempo. ¡Tenemos que firmar, como los consagrados, nuestros ejemplares de La Geniecilla de las historias, si es que os apiadáis de ella y os lleváis alguna a casa! Gracias.
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