Sin querer piensa en su casa, en su madre y en sus hermanos pequeños, seguro que al volver no los reconocerá, dos años es mucho tiempo para unos niños, estarán muy cambiados. En aquel momento, con el terrible frío que soporta se dice: ¡Lo que diera por una taza del rico café que prepara mi madre! Piensa en un pastel que ella hace y su boca seca se llena al momento de agua, como si sus papilas gustativas soñaran, al igual que él, con un trozo de bizcocho. Añora su dormitorio, su cama, ya no recuerda cuánto tiempo hace que no duerme en una. Su madre siempre perfumó las sábanas y él evoca aquel aroma. Giovanni sueña despierto, sin querer se ha trasladado junto a su familia.
Por eso no los sintió llegar, sólo sintió un golpe frío y seco en su espalda, pese a todo se volvió con rapidez y levantó su arma para batir al enemigo, pero éste con furia ya le ha hundido el sable en el pecho. Cae para atrás al tiempo que siente cómo brota la sangre de su herida a borbotones. Apenas un poco de dolor. Casi agradece aquella sangre caliente que le da calor a su cuerpo. Empieza a notar una cierta niebla en sus ojos y se incorpora procurando parar la sangre, apretando muy fuerte con su mano. Entonces le ve a su lado. Está de pie como esperando algo, se le ve oscuro y siniestro. Trata de hablar, pero no puede hacerlo, no obstante nota que aquel personaje puede entenderle sin necesidad de abrir la boca. Con toda la rabia que le queda en su débil cuerpo le dice:
-Vete, déjame tranquilo.
La sombra no se inmuta en lo más mínimo, pero él puede escuchar como si le hablara:
-No te resistas, no tengo toda la noche para esperar por ti -y permanece en la misma postura.
Giovanni hace un tremendo esfuerzo por incorporarse y siente como si la poca sangre que le queda saliera por su herida.
-No, no me iré contigo esta noche. No sin ver a mi madre –dice con furia.
La sombra aciaga parece impacientarse y le contesta:
-Ya tendrías que estar muerto, abandona de una vez tu cuerpo.
Lejos de eso y, sin saber cómo, Giovanni logra hablar:
-Jamás me iré de este mundo sin decirle adiós a mi madre.
Pasaron unos minutos. El poderoso señor de la oscuridad no puede perder el tiempo con aquel joven que se aferra a un solo pensamiento. En el campo de batalla le aguarda mucho trabajo. Después de pensar un poco, le pregunta:
-Si te llevo a tu casa ¿vendrás de una vez?
-Sí -contesta el joven.
Entonces la funesta sombra sopla sobre su cabeza y Giovanni siente que puede levantarse y andar.
-Escucha –dijo la sombra– te daré sólo unos minutos, trata de aprovecharlos.
-El chico asiente con la cabeza.
Una ráfaga de viento los traslada al huerto de su casa, al lado del cancel de madera.
Ante sí está su hogar, ve la luz encendida y cómo sale humo por la chimenea. La sombra le cierra la capa y le repite:
-No tardes, no dejes que me impaciente.
Giovanni le contesta:
-No tardaré nada.
Se aleja en dirección a su casa llevando encima la enorme tristeza de pensar que va a ver a su madre por poco tiempo y por última vez, pero también el orgullo de haberle ganado unos minutos al señor de la muerte.
Finalista en el III Concurso de Relato Breve José “Luis Gallego” con Giovanni, 2008.
Ha publicado en la revista digital Almiar-Margencero: La Cómoda, La ventana, El piano y La foto, 2008.
Actualmente forma parte de las alumnas, por Internet, del Taller de escritura creativa Pluma y Tintero.
6 comentarios:
Muy bonito Pepi, la primera vez que lo leí se me encogió un poquito el corazón, pero con el final queda una sensación de paz que inunda el alma.
Besos, SUSANA
Te digo lo mismo que Susana, es un relato muy bonito, triste, pero con un final esperanzador y lleno de ternura. Me gustó muchísimo cuando lo leí la primera vez y, al releerlo, le encuentro más lleno de nuevos matices.
Un abrazo enorme, Juani.
No es ni mucho menos el primer relato tuyo que leo pero sí uno de los que más me han gustado. Has conseguido dejar un gusto agridulce en la historia pero todo el sabor de tu buen hacer. Repito: me ha encantado y te animo a que no dejes de escribir. Un besote dulce (vuelvo a leerlo :))
Hicistes humana a la mismísima Señora Muerte. Tienes la habilidad de da vida a lo inerte, hacerlo posible te es fácil. ME HA ENCAAAANTAADOOO muuuakkkkkss Pepi, Ya sabes que para tu primera publicación la portada será cosa mía ( javier )
Bueno esto es mucho más de lo que yo merezco, Susana eres un sol, te admiro mucho y te agradezco mucho tu comentario. Juani aparte de profe, eres una amiga muy querida y sin ti seguro que este Giovanni no hubiese visto nunca la luz. Shao gracias por pasar por aquí y por ser mi niña. Javier te quiero, por algo eres mi niño, cuando tenga unos cuantos relatos buenos te encargo la portada, je, je. Besitos y gracias a los cuatro. Pepi.
Querida Pepi..¿que decirte?es precioso y enternecedor..se nota que sentiste el personaje..
Un beso muy fuerte...Isa
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