-Tú eres un Ficus benjamina, ¿verdad?
El árbol no tuvo necesidad de mover ni una rama, ya que la esperanza podía escuchar su respuesta, que en este caso era afirmativa.
-¿Sabes?- Continuó-, eres uno de los árboles que más me gusta, tu crecimiento es muy rápido y, en poco tiempo, puedes hacer de un descampado, un lugar con agradable sombra.
-…
-No, no me des las gracias, deberían de plantarte mucho más. Me imagino que a tu sombra se sentarán diferentes personas y habrás escuchado miles de historias.
-…
- Ya, eso es lo que pensaba, tú no tienes tiempo de aburrirte. Desde este lugar el verde da sensación de paz y tranquilidad, no me extraña que elijan tu sombra.
-…
-¿Vienen muchos enamorados?
-…
-Claro, si te entiendo, ellos prefieren el atardecer, pero por la mañana también vendrán algunos, supongo.
-…
_ ¿Personas mayores? Si, es natural, con la edad necesitan dar paseos y coger sol. Pero, dime, ¿vienen parejas de mediana edad enamoradas?
-…
-¿Pocas? ¡Qué lastima! Yo creo que el amor debe de continuar hasta el final.
-…
-Tienes razón, muchos han perdido a sus parejas, la soledad es muy triste, pero supongo que aquí se encontrarán con otros amigos.
-…
-¿Unos si y otros no? ¿Los hay solitarios?
-…
-¿Cómo es esa señora?
-…
-¿Es la que suele ir vestida de verde como yo? ¿La que sus canas brillan al sol?
-…
-Sí, ya sé quién es. Es cierto siempre va sola y muy triste. Pasea, se sienta un poco, y no habla con nadie, su pelo es cano, pero su cara es jovial, le falta compañía.
-…
-¿Tú no has visto al señor que pasea un perrito por la parte de enfrente?
-…
-Sí, ese mismo, el del semblante siempre alegre… Pues tendré que ayudarles… Vienen a la misma hora, pero nunca se ven.
-…
-Dentro de un rato, cuando venga ella a sentarse, yo lo iré a buscar a él, y haré que se le escape su perrito y lo traeré hasta aquí, bajo tu sombra. A ella sé que le gustan los perros, verás cómo le sujeta la correa, hasta que él llegue a recogerle. Hoy se conocerán, te aseguro que se enamorarán bajo tu sombra.
-…
-Claro que sí ¿No ves que están los dos muy solos?
-…
-Mira, ahí viene ella. ¡Qué hermoso vestido verde esmeralda trae! Me marcho, le dejo el banco libre y voy a buscarle a él, desde hoy ya no estarán más solos
La Esperanza se levanta y cruza el parque alegremente, mezclándose con el verde de los árboles, va en busca del señor de la eterna sonrisa que desde hoy enseñará a reír a la señora del bonito vestido verde esmeralda.
Pepi Núñez - 27/02/08
3 comentarios:
Muy bien Pepi. Se te dan de perlas los dialogos con los árboles. Me
gusta la presentación que haces del árbol y como paso a paso la
esperanza se mete a Celestina. Haces una exposición de la soledad
de una forma amena y además, si por medio está la esperanza...
Buen relato. Un besito verde, Gloria.
Pepi, muy bonito. Me gusta la conversación entre el árbol y la
esperanza. Se puede escuchar a la añosa encina (aunque no sé si hay
encinas en algún parque) Una "conversación" muy bien trabajada
técnicamente(profe, perdona este -mente). Un ejercicio impecable.
Un abrazo fuerte, Isa.
Y estoy completamente segura de que la esperanza consiguió lo que se proponía.
Un relato precioso mamá, como todos los tuyos. ^_^
Besotesssssssssss
Publicar un comentario