Los personajes invaden cada lugar de la ciudad con anuncios de “amor y paz”. En estas fechas cierro mis ojos y a menudo sueño e imagino:
Tomaría prestado de la tierra un arbusto, “un pinito” desde la raíz hasta su emergente copa, para trasladarlo a un gran macetero hasta mi casa. De inmediato, con el agua de alguna vertiente, bañaría su tronco para que pase el mal rato y no confundirlo por el cambio repentino.
La fragancia del pequeño árbol entrará hasta el último rincón de la casa emanando cuanto recuerdo escondido albergan las paredes, piezas, rincones, rendijas..., pues los Lares son presentes de ¡cuántas historias no contadas!
En la tarde, cuando se sintiera cómodo en su nuevo hogar, colgarán de él pequeños adornos de madera y otros de ilusiones. Nacerían papelillos de infinitos colores desde sus múltiples brazos hasta los pies y, sin lugar a dudas, lo condecoro con minúsculas lucecitas chispeantes, titilantes..., como la sabia de su vida.
Al llegar “la noche buena” las puertas de la casa se abrirán de par en par, con la mesa generosa, la comida tibia y pasteles celestiales.
Debajo del árbol, en una caja de papel de coloridos dibujos será llenado de velas, de varios tamaños, para regalarlos a la familia, la inmensa familia: padres, madres, hijos, hermanos, hermanas, amigos, vecinos...
Al reunirnos con los cirios iluminados cantaríamos y, bailando al ritmo de nuestros anhelos, las copas en mano y los brazos en alto: ¡Brindaríamos! Evocando nuestras voces para cantar esperanzas y ahuyentar tanta injusticia.
4 comentarios:
Hola Adriana, tu sueño es precioso, ojalá y al llegar la Navidad todos pensaran igual que tu, en vez de salir a la calle a comprar de forma compulsiva todo lo que anuncia la tele. Aparte de talar una cantidad enorme de abetos, sin pararse a pensar en el daño que se le hace a nuestro planeta. Añoro la Navidad de cuando era niña, casi todos teníamos poco, pero éramos mucho más felices. Hermoso sueño navideño. Besitos. Pepi
Gracias, querida Pepi. Al igual que tú pienso lo mismo sobre la navidad, y la siento de una manera tan nostálgica que casi que me cuesta escribirla.
Cuídate mucho. Adriana.
Querida Adriana, voy a intentar "comentar "de la manera que hacemos a los autores consagrados. Te diré todo lo que he visto en el precioso relato.
Reflejas una sociedad consumista. Seres que pasan sin mirarse, como si el otro no existiera. El comprar, el vender…
Me gusta el giro hacia lo verdadero, ese pino al que la autora toma "prestado" y baña con agua, riega con agua de lluvia…, comunión del ser humano con la naturaleza.
Al final evocas el verdadero sentido de la Navidad: compartir con el otro, celebrar la Venida aunque ya no esté de moda.
Un cuento precioso, Adri.
Un beso. Isa.
Gracias mi linda Isa. Si es eso lo que quería plasmar en el relato, tal cual lo has comentado. Un profundo abrazo!! Te quiero mucho. Adriana.
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