(Cuento)
jueves, 26 de abril de 2012
Relato inspirado en frases de la obra "La yernocracia" de Clarín por Francis Gracián Galbeño
El rey autócrata
Francisca Gracián Galbeño
(Cuento)
(Cuento)
Allá por los tiempos de Maricastaña,
había un rey con tres hijos; pero a diferencia de otras historias, en ésta, el
mayor no era el malo o el tonto, como se suele leer. En mi cuento, el
primogénito era un muchacho noble y sencillo; el segundo era ambicioso y sólo
se sentía atraído por el dinero; y el pequeño era tan ególatra, que esperaba
que el mundo girase a su alrededor y no se hablara más que de él.
El preferido de su padre
era el más joven de los tres; y por tanto, cuando el rey se fue haciendo viejo,
los reunió y les puso unas pruebas para nombrar heredero, aunque estaba casi
decidido a darle el trono al pequeño.
Como LA POLÍTICA Y LA AUTOCRACIA ESTÁN
REÑIDAS CON LA SINCERIDAD ,
les dijo que iba a darles a los tres las mismas oportunidades, pero les pidió
la realización de un deseo a cada uno en privado, y les hizo jurar el secreto
sobre su prueba.
Al segundo, que era
ambicioso, le encargó fundar una ONG y llevarla impecablemente durante tres
años. Pero como EL ALTRUISMO POR IMPOSICIÓN LLEVA A LA HIPOCRESÍA , el joven se
quedó con los fondos para los necesitados, y como no se procuró una coartada
creíble, como hacen tantos, acabó en la cárcel.
Al pequeño le
ordenó que le sirviera de vigilante, y le dio plenos poderes para actuar en
contra de sus hermanos.
El rey pensaba que su hijo
menor, al haberle prometido en secreto nombrarle su heredero, lo amaría más que
a nadie; pero el chico era un ególatra, y EGOÍSMO Y AMOR SON DOS PALABRAS DE
ETIMOLOGÍA ENFRENTADA, por lo que, al saberse poderoso, esperaba tan sólo una
ocasión de matar a su padre, y así no tener que esperar por el trono y las
riquezas.
Y al mayor le ordenó que despojara de
todos sus bienes al segundo hijo, del que decía que era un ladrón, y al
pequeño, al que acusaba de traidor, y le hiciera entrega de todas sus
posesiones a él, que era su padre, y le haría heredero (aunque el nombre del
pequeño ya estaba escrito en su testamento como sucesor, porque EL NEPOTISMO
LLEGA DISFRAZADO DE HIPOCRESÍA), y le ordenaba
matar a sus hermanos después.
Todo esto se lo dio escrito
en un papel sellado y firmado por él mismo, con argumentos a cuál más venenoso
y cruel.
En realidad, el rey no
amaba a ninguno de sus hijos, y pretendía que se eliminaran unos a otros, y al
último que quedase con vida, condenarlo,
por cometer un asesinato.
Pero no pudo ver este deseo cumplido, porque
su hijo mayor se quedó mirándolo en silencio, después de leer los papeles que
su padre le dio, interrogándole con su mirada limpia.
Y es que AL SER UNA PERSONA
ESPIRITUAL, NO PUDO ENTENDER EL EGOÍSMO QUE REZUMABAN AQUELLOS RESCRIPTOS.
Francisca Gracián
Galbeño
29 de Febrero de
2.012 - (corregido el 6 de
Abril de 2.012)
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