Narrador en tercera persona
Protagonista. Ana
Personajes. El ciego, su hijo, su esposo, el conductor, los pasajeros.
Diálogos. Pocos, directos e insertados en el texto.
La acción transcurre por la tarde-noche.
Paisaje. Se describe las calles por donde va el tranvía, y el jardín Botánico.
Figura retórica. El relato está lleno de ellas, hay muchas personificaciones, da la impresión que el tranvía tiene vida propia. Me ha llamado la atención la utilización de mucho oxímoron.
Opinión personal.
Es un relato fácil de leer, pero difícil de comprender (para mí), lo he tenido que leer tres o cuatro veces para entender un poco a su protagonista.
Ana es una mujer aparentemente feliz con su rol de esposa y madre, su casa roza la perfección, guisa, limpia, cose, no hay una mota de polvo. Se siente realizada. Incluso comenta que antes de casarse, aquel tiempo ya olvidado, había sido confundido como felicidad. Nos damos cuenta que esta mujer es dichosa, mientras sus hijos dependen de ella o está haciendo las tareas de la casa. Hay una hora de la tarde que le hace sentir miedo. Es cuando se encuentra sola, se deprime y sale a comprar lo que necesita. En realidad busca hacer tiempo hasta que vuelvan los niños. En una de esas salidas, mientras va en un tranvía ve a un ciego mascando chicle. Parece una tontería, pero esta imagen va a trastornar su metódica vida. Este ciego va a remover una serie de deseos e inquietudes que ella ha querido ignorar.
Su paseo por el jardín, el cual encuentra tan hermoso, y descubre tantas cosas bellas, que entre este y el recuerdo del ciego, llega a sentir temor por el infierno. Su abrazo asfixiante a su hijo y el temor que se escapa de sus palabras – No dejes que mamá te olvide.
A mi me cuesta trabajo entender ese amor platónico que Ana siente por el ciego. A menos que ese ciego le haya hecho a ella, ver su propia ceguera, con la que cree vivir una vida en donde cada cosa está en el lugar correcto. Ella cree que esa perfección es la felicidad, y a veces hace falta cierto “desorden”que rompa tanta monotonía.
El final del relato da a entender ese paso, en una tarde de amor intenso y sentir diferentes emociones a tener el corazón vacío. Quizás así es como ella realmente tiene su vida.
Pepi Núñez 24/02/09
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