Delmira Agustini
martes, 10 de septiembre de 2013
Un poema de Delmira Agustini
LO INEFABLE
Delmira Agustini
Delmira Agustini
Yo muero extrañamente... No me mata la vida,
no me mata la Muerte, no me mata el Amor;
muero de un pensamiento mudo como una herida...
¿No habéis sentido nunca el extraño dolor
de un pensamiento inmenso que se arraiga en la vida
devorando alma y carne, y no alcanza a dar flor?
¿Nunca llevásteis dentro una estrella dormida
que os abrasaba enteros y no daba fulgor?...
¡Cumbre de los Martirios!... Llevar eternamente,
desgarradora y árida, la trágica simiente
clavada en las entrañas como un diente feroz!...
¡Pero arrancarlas un día en una flor que abriera
milagrosa, inviolable!... Ah, más grande no fuera
tener entre las manos la cabeza de Dios!
Delmira Agustini
Cantos de la mañana (1910)
Agustini, Delmira (1886-1914),
escritora uruguaya; su corta vida transcurrió en Montevideo, alterada, sobre
todo, por los avatares y el final dramático de su peripecia sentimental: su
pasión por Enrique Reyes, el matrimonio entre ambos, la separación, el divorcio
y su asesinato a manos del antiguo marido, convertido ahora en amante. Eso no
impidió a la Nena —ése era el apodo familiar— desarrollar una obra poética
notable, que contó con la aprobación elogiosa de sus contemporáneos. En El
libro blanco (Frágil) de 1907 era evidente su deuda con los gustos y el
lenguaje del modernismo, aunque algunos poemas ya trataban de conseguir una
expresión lírica original, más adecuada a sus apasionadas vivencias personales.
La logró en Cantos de la mañana (1910), y en Los cálices vacíos (1913), donde
su erotismo conjuga con acierto el sueño y la vigilia, la pasión exaltada y el
pesimismo, los sentimientos del amor y de la muerte. Algunos poemas más se
recogieron en sus Obras completas, editadas en 1924 en dos tomos: El rosario de
Eros y Los astros del abismo. (Información obtenida de la enciclopedia Encarta
`99).
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