1.- Señala las figuras retóricas que hayas encontrado (metáforas, comparaciones…)
La carretera está muerta. Nadie ni nada la resucitará. Larga, infinitamente larga, ni en la piel gris se le ve vida. El sol la mató. Debe hacer muchos siglos de su muerte. La desenterraron hombres con picos y palas. La muerta atravesaba sabanas y lomas y los vientos traían polvo sobre ella. Después aquel polvo murió también y se posó en la piel gris. Personificación
La vista se enferma de tanta amplitud. Metáfora o exageración.
La carretera muerta, totalmente muerta, está ahí, desenterrada, gris. Personificación
Por la única habitación del bohío, caliente como horno. Comparación
2.- ¿Sabrías enmarcar el relato dentro de uno de estos géneros?
- de miedo,
- fantástico,
- de intriga,
- erótico,
- de ciencia ficción,
- cuento para niños,
- cuento realista… Pese al lenguaje tan bello que rodea esta historia, el final lo convierte en un cuento realista.
3.- ¿Cómo es el lenguaje? ¿Actual o arcaizante? Los diálogos son arcaicos, la forma de narrar por contrario es muy bella.
4.- A pesar de ello, ¿es un texto comprensible en nuestros días? Si
5.- ¿Quién es el/la protagonista? Para mí son dos, la carretera y la mujer.
6.- ¿Da sensación de que hay muchos o pocos personajes? Pocos, principales, la mujer, el marido, el niño y Quico
7.- ¿Qué es lo que más te ha gustado? ¿Por qué? El lenguaje que emplea el autor. Porque embellece mucho el relato sin cargarlo, cosa que sí he notado en otros escritores.
Tu opinión: Me ha costado mucho hacer un comentario, pese a ser un relato corto. Al final dejé de anotar figuras retóricas, lo leí tranquilamente, disfrutando de cada palabra con la que el autor nos hace sentir la muerte de la carretera como si de un ser real se tratara. Su lenguaje, lejos de resultar cargante, embellece el relato, en el cual, para mí, es la carretera, la principal protagonista. Al final, está esa historia corta, cruel y muy real. Por desgracia muchas mujeres a veces reaccionan así.
Hace muchos años sentí gritos de madrugada, me levanté y miré a la calle, tras los cristales, vi tirada en el suelo a una mujer, un hombre le daba patadas por todo el cuerpo, incluida la cabeza, empecé a pedir socorro y gritar, -Policía, policía. Lo que ocurrió después me desconcertó, la mujer se levantó del suelo, se puso muy erguida y se enganchó al brazo del marido, el cual miraba para todas partes, ella le dijo –Vamos, deja a esa loca que siga gritando.
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