jueves, 18 de octubre de 2012
Relato, Bernardino, de Ana María Matute
Comentario del texto por Mª José Núñez
Pérez
Lo primero es decir que adoro
a Ana Mª Matute, por lo tanto este relato, aunque triste, como casi todos los
de ella, me ha gustado mucho.
El
cuento narra la historia de tres hermanos cuyos veranos pasan en un pueblo, es
allí donde vive Bernardino, un niño que ha crecido al lado de tres hermanas
muy mayores, por lo cual el niño es
solitario y callado, carece de amigos, solo cuando los tres hermanos van a
visitarles, él intenta jugar, pero al final los hermanos acaban jugando entre
ellos, dejándolo solo.
Bernardino
tiene un perro llamado Chu, el cual les parece de lo más simpático a los
hermanos, y ellos comentan que, aunque el perro siente pasión por su dueño, él
parece no hacerle ni pizca de caso.
Los
niños del pueblo le tienen manía, así se lo hacen saber a los tres hermanos, y
juran que un día le piensan hacer algo gordo.
Una
tarde que llevan a los hermanos de visita a la finca, se encuentran a
Bernardino preocupado porque no encuentra a su perro, ellos se ofrecen para
acompañarles a buscarlo, y aunque al niño le tienen prohibido salir de la casa,
se escapa con ellos para encontrar a Chu.
Cuando
ya vienen de vuelta, les llama uno de los chicos del pueblo, el que le tenía
preparado algo gordo. Les dice que tienen al perro, todos corren, el
primero Bernardino, el cual parece que ha perdido toda su timidez, al llegar al
lugar, ven al perro amarrado y le dicen que le van a pegar con una vara,
Bernardino trata de impedirlo. Los chicos del pueblo le dicen que si quiere
evitarlo, que les de dinero, el pequeño les dice que no tiene, pero les da una
cadena de oro, el muchacho, primero la coge, pero después la tira al suelo, y
le dice que eso no les sirve. Mientras, los tres hermanos se encuentran
callados, acobardados, medio escondidos tras un árbol.
Bernardino
les dice que dejen al perro y le den con la vara a él, y eso es lo que hacen;
le pegan con saña, hasta que brotan las primeras gotas de sangre, entonces
salen corriendo. El chico no ha soltado una lágrima, ni siquiera se ha quejado.
Desde que le dejan, corre a soltar a su perro y se marcha, ni siquiera recoge
la cadena del suelo.
Los
tres hermanos, que no han hecho nada para defenderlo, deciden llevarle la
cadena. Cuando van de camino a la casa de Bernardino, en un recodo del camino
se lo encuentran llorando abrazado a su perro.
Me
gusta la moraleja del cuento, nos dice que no nos fiemos de las apariencias,
los tres hermanos le juzgaron como un niño mimado, medio tonto, sin embargo,
ellos, que eran tres, no hacen nada para intentar evitar que le dieran con la
vara, mientras, Bernardino, se nos muestra como un chico valeroso, el cual
prefiere que le peguen a él, antes que a su perro, lo cual demuestra el gran
amor que le tiene, aunque se mostrase indiferente delante de los tres niños
cuando le visitan. Pero, según lees el comportamiento de Chu hacía su amo, te
das cuenta, que el niño le quiere, y el perro lo sabe.
También
es normal el comportamiento del pequeño, ha crecido solo, sin tener juegos con
otros niños, entre personas mayores, las cuales le protegen en exceso y eso, en
vez de dar pena a los niños del pueblo, les da como envidia, sienten un extraño
odio por alguien que, en realidad, no conocen.
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