por : Miriam R. Krüger
Escribir con la mano izquierda, ser zurda, en lo que a mi respecta es lo más natural y me encanta serlo; lejos de mi la idea de intentar escribir o hacer las cosas con la mano derecha.
Zurda por completo así me defino desde siempre y como tal reivindico el hecho de serlo.
Es increíble que aun en las escuelas los niños aprendan a escribir con una caligrafía hecha exclusivamente para los derechos, aun tenemos dificultad en una sala de clases encontrar un pupitre para zurdos, etc.
Desde siempre los zurdos d
Ser zurdo es un mundo a parte porque vemos todo desde otro punto de vista, incluso podría decir que vemos todo desde dos puntos de vista, el lado izquierdo por naturaleza y el lado derecho para poder adaptarnos.
Los zurdos nos reconocemos por la escritura, el trazo es diferente y basta ver algo escrito a mano para saber si lo escribió un zurdo o un diestro. Encontrar a alguien que escribe con la mano izquierda da cierta satisfacción y no podemos evitar el decir "¡Tú también eres zurdo!" con una sonrisa que escapa de nuestros labios, se siente una cierta complicidad.
Se dice que los zurdos somos personas creativas y emotivas ya que funcionamos con el otro lado del hemisferio del cerebro (hemisferio derecho), podría nombrar muchos zurdos en la historia pero en esta oportunidad quiero resaltar algunos escritores zurdos conocidos internacionalmente como Lewis Carroll, Paul Verlaine, Stephen King, Charles Baudelaire, Hans Christian Andersen, Franz Kafka, Elena Poniatowska, Edgar Allan Poe y por supuesto yo, Miriam R. Krüger.
Los zurdos existimos desde siempre, me pregunto qué espera la sociedad para considerarnos y dejar de complicarnos la vida con este mundo que sigue siendo modelado para los diestros.
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