sábado, 18 de octubre de 2008
Las alumnas del Taller atacan de nuevo. Tema I - Una anécdota.
Richard Hamilton (representante del pop art británico)
¡Vida perra!
Berta-Isabel Cuadrado Álvarez *
Vaya, ¡tenemos compañía! ¡Ya está aquí la amiga de Gloria! Berta me para, a veces, cuando me grita más fuerte que Gloria, la madre de Kori. "¡Haika, ven por aquí! ¡No, no te acerques a la carretera!". A mí no me gusta que me detengan ¡Cómo me fastidia que me haga dar la vuelta! Además, ¿qué tiene ella que ver conmigo? ¡Creo que se toma demasiadas confianzas solo por haber sido profesora de Kori! Cuando veo a uno de esos bichos mecánicos que bufan apestosamente de un lado para otro, me priva lanzarme a todo pasto a desafiarlos: ¡A ver quién llega antes a las luces que cambian de color! ¿Creen que me van a ganar? Yo corro, y corro…, a veces hasta quedar exhausta. Menos mal que la mayor parte del tiempo llevo la lengua fuera, sino, ¡ya me habría (antes, sobra) muerto por falta de aliento! Siento que he nacido para no estar quieta. Yo no soy de esas que se acurrucan en un rincón a esperar que alguien les diga: "¡Vamos!". Voy de allá para acá, husmeo, olfateo todo ¡De todo me encanta enterarme! ¡Cómo gozo al ir con Kori por el campo, aunque ella es la más mandona de todas, pero yo la adoro! Es fuerte y a la vez pequeña, flacucha y frágil. Me gusta tumbarme a su lado cuando está ensimismada en sus cosas. Creo que el hecho de pasarme la mano por el pelo le ayuda a cavilar. A mí me emboba que me mesen el pelo, pero sobre todo, que me rasquen bajo la barbilla. ¡Me tiraría las horas muertas así! boca arriba, sin pensar en nada. Solo sentir su mano que me acaricia una y otra vez. Alguien podría decir que esto es aburrido. Pero no lo es para mí. Yo he nacido para ser una vaga y vivir a costa de los demás. Eso no quiere decir que no me preocupe, ni que no me esfuerce. Yo procuro hacer feliz a los que me rodean, ¿a caso no es eso un gran trabajo? No te creas que es tan fácil contentar a la gente. Unos se enfadan por esto o lo otro, otros quieren la marimorena..., pero yo siempre ahí, ¡dando el callo! Atenta a sus cabreos, sollozos, y tristezas, frustraciones..., para todo tengo un buen remedio... No me despego de ellos hasta que se fijan en que husmeo alrededor, hago travesuras..., solo para distraerles el mal pensamiento..., o rompo algo ¡que les pone más furiosos!..., pero se les olvida lo otro que les causaba el daño. Las cosas que yo destrozo no son importantes. Pero si yo percibo que a mi querida Kori le han roto el corazón, ¡eso si que no lo consiento!... Para eso es mi adorable ama y yo soy Haika, su perra fiel.
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7 comentarios:
¡¡ME ENCANTO!!, es tan espontáneo, y por ello muy sincero. Lo escribes de una manera que da risa y enternece, así sin esfuerzo. Me encanta como eres. Desde Internet ja ja. Adriana
Hola Berta,acabo de llegar de la calle y me he puesto de nuevo a
leer tu anécdota. Yo creo que si Haika supiese leer diría que ni ella misma, lo hubiese contado mejor. Me gusta como te has metido en la piel de esa fiel perrita para contarnos uno de sus paseos. Creo que no se te ha quedado ni un sólo detalle que mencionar. Es fácil imaginarla corriendo detrás de los coches. Me gusta la vida perra de Haika, o lo que es lo mismo, me gusta tu anécdota perruna. Besitos.
Pepi.
Gracias por tus amables comentarios, Pepi.
Besos.
Berta
Adriana,
Me alegro que lo pasaras bien leyéndolo.
Me gusta la expontaneidad, aunque supongo que no siempre será buena...
Besos.
Berta
Hola Berta:siempre me enternecen las historias donde dotamos a los
animales de humanidad, esa que a veces nos falta a las personas. Buen ejercicio.
Un beso... Isa
Los buenos perros son deliciosos, aunque no es menos cierto que dan mucho que hacer. Yo tuve una pointer que murió de causas naturales hace bastantes años y todavía no me he decidido a tener un nuevo perro en casa. se sufre mucho cuando les pasa algo malo.
Un saludo, Lina.
Gracias, Isa:
Así me llama a mí mi hermana, Isa, también.
Besos.
Berta
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