Faulkner formó parte del renacimiento literario sureño que también incluyó figuras como Truman Capote (1924-1984) y Flannery O'Connor (1925-1964). Aunque Capote escribió relatos cortos y novelas, su obra maestra fue In Cold Blood (A sangre fría), un informe de los sucesos de un asesinato múltiple y sus consecuencias. En esta obra, Capote fusionó una obstinada investigación y una novela de psicología penetrante con una prosa cristalina. Otros profesionales de la novela de "no-ficción" incluyen a Norman Mailer (1923- ), que escribió sobre la marcha antibelicista al Pentágono en Armies of the Night, y Tom Wolfe (1931- ), que escribió acerca de los astronautas estadounidenses en The Right Stuff.
Flannery O'Connor era católica y, por tanto, una extraña en la tremendamente protestante sociedad sureña donde creció. Sus personajes son protestantes radicales obsesionados con Dios y Satán. Se la conoce sobre todo por sus relatos cortos tragicómicos.
Carson Mac Cullers
La narrativa estadounidense a partir de la II Guerra Mundial.- La literatura que surgió de la II Guerra Mundial se puede dividir en dos grupos: la de los escritores realista-naturalistas y la de los que utilizan el humor negro y una fantasía basada en el absurdo para describir el horror tecnológico de la guerra. Dos de las novelas más impresionantes de la II Guerra Mundial, referidas a la adaptación del individuo a la restrictiva vida militar, fueron De aquí a la eternidad (1951), de James Jones, y Los desnudos y los muertos (1948), de Norman Mailer.
Al igual que las novelas de la II Guerra Mundial parecían subrayar la individualidad, las novelas escritas en las décadas siguientes continuaron esa tendencia. Escritores decididos a afirmar su individualidad trabajaron en una gran variedad de estilos y se ocuparon de una amplia variedad de asuntos. Entre los escritores más originales se cuenta Vladimir Nabokov que, aunque nacido en Rusia, se convirtió en uno de los grandes maestros de la prosa de lengua inglesa. Sus novelas de ambiente estadounidense, como Lolita (1955) y Pálido fuego (1962), escritas muchos años después de que se convirtiera en ciudadano estadounidense, son dos destacados ejemplos. La novela de la juventud rebelde, El guardián entre el centeno, de J. D. Salinger, es humorística y posee observaciones agudas; escrita en 1951 sigue siendo muy popular. Lo mismo pasa con Trampa 22 (1961), de Joseph Heller, una sátira sobre la mentalidad militar de la II Guerra Mundial. Un escritor que también utiliza un estilo sardónico e imaginativo en sus diatribas contra la autoridad es Kurt Vonnegut. Basa una de sus muchas innovadoras novelas, Matadero 5 (1969), en sus experiencias como prisionero en un campo de concentración alemán durante la guerra. Alternando de modo surrealista entre ese ambiente y un planeta ficticio, consigue una narración en muchos niveles que combina elementos de ciencia ficción, un género que se hará popular en las décadas siguientes a la II Guerra Mundial.
Entre los escritores sureños de posguerra que continuaron la tradición de Faulkner -a veces denominada 'gótico sureña'- están Carson McCullers (El corazón es un cazador solitario, 1946), Truman Capote (Otras voces, otros ámbitos, 1947), Eudora Welty (El corazón de los Ponder, 1954) y Flannery O'Connor (Los profetas, 1960). Más conocido por su novela ganadora del Premio Pulitzer, Todos los hombres del rey (1946), una poderosa caracterización de un político sureño, Robert Penn Warren fue también un notable poeta, crítico e historiador de la literatura.
Dos de los más importantes novelistas del fines del siglo XX, John Cheever y John Updike, comparten un interés similar al abordar de un modo abiertamente satírico la vida de las clases medias altas de las afueras de las ciudades del noreste estadounidense. La carrera novelística de Cheever se extiende desde la relativamente bondadosa, Crónica de los Wapshot (1957), que es la historia de una familia excéntrica, hasta la desolada narración de un fratricida, Falconer (1977). Updike probablemente sea más conocido por sus libros, que se inician en 1960, sobre un hombre que huye de la desilusión. Dos de la serie, Conejo es rico (1981) y Conejo en paz (1990), obtuvieron premios Pulitzer. Otra excelente crítica y maestra de la narración, Joyce Carol Oates, sigue siendo una de las escritoras más prolíficas y destacadas de las últimas décadas. Un jardín de delicias terrestres (1967) y Ellos (1969) son dos ejemplos importantes de su narrativa de tintes góticos, un género que continuó en Bellefleur (1980).
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